El Mundo Según Pepe

 El año 2000 Andrés Calamaro editó el disco El Salmón. Un disco quíntuple, que nació de esa manera con el fin de poner fin al contrato discográfico con la casa disquera que producía sus discos. Este disco tuvo ese nombre como ironía al ir siempre contra la corriente. Desde ese disco, calamaro ha introducido en varios temas el concepto de "el salmón". Pero este post no se trata de A.C. y su disco, si no, trata de explicar cual es el origen de mi pensamiento que me trajo a escribir este tema.

No voy a describir al salmón como un pez, si no como una analogía a una filosofía de vida, ya que es un animal cuyas características de vida lo hacen ser uno de los más especiales en cuanto a cumplir sus objetivos; su misión en la vida.
El salmón nace en las alturas, en la calma del río. Baja al mar para vivir con el resto de los peces, pero su misión no está en vivir como las grandes masas de peces que habitan el océano. Éste quebranta la ley de la naturaleza y se adapta al agua dulce y salada. Luego de vivir en el mar, ya siendo maduro y con la sabiduría necesaria, vuelve al río para navegar contra la corriente. Con fuerza y pundonor hace frente a la adversidad, enfrentándoce directamente a los problemas, sin esquivarlos. Va paso a paso, problema tras problema, dando solución a cada uno, con sólo un fin: cumplir su misión.
Este difícil camino, con corrientes adversas y obstáculos como rápidos y cascadas le van dando mayor sabiduría y a la vez lo va desgastando, pero la fuerza de su fin es el aliciente para seguir sin detenerse.
Después de tanta lucha y con su objetivo cada vez más cercano, llega al lugar y deja a sus herederos, quienes llevan en los genes toda esa fuerza para volver a realizar aquel recorrido por la vida.
Luego, para el salmón, llega la paz y la tranquilidad de haber cumplido con su misión. Su recorrido ha terminado y no queda más que descansar para siempre en el mismo lugar que nació.

Con esta pequeño relato analógico quiero contarles como este gran animal, tan cotizado en el mercado, ha influido en mi vida. He aprendido a adaptarme a distinas realidades y hábitats, distinguir cual es mi camino y no seguir a la gran masa oceánica. Hago frente a los problemas y aprendo de ellos sin esquivarlos, para luego llegar a la paz, cumplir con los objetivos con la mayor sabiduría que se pueda y luego descansar para tomar nuevos desafíos.
La diferencia que tiene uno con el salmón es que uno no corre solo en este viaje. El ser un ser social es una virtud que debemos aprovechar y tenemos que tener en cuenta que contámos con el apoyo de personas que se encuantran a nuestro lado y siempre quieren nuestro bien, pero están aquellos que en el camino nos van a ir dando mayor peso y van a desgastarnos. Cuidado con ellos.

Saludos!